El Aikido representa un vasto y complejo sistema. Una parte esencial de ese sistema es su aspecto de Arte Marcial.
No se deben aprovechar los huecos del
compañero en la práctica del Aikido. Se señalan durante el entrenamiento
solo para que el estudiante se percaten de que existen y pueda, por
tanto, protegerse de ellos.
El trabajar con un compañero no debería
ser prueba (conflicto) de energías. Cada individuo, uke (atacante) y
tori (el que realiza la técnica), en toda técnica se mueve desde el
centro (seika tanden) y uniéndose se convierten en un único y controlado
movimiento.
El Aikido es un budo físico, pero debe ir acompañado por un desarrollo personal y un crecimiento mental.
Sabiendo que un agresor aprovechará
cualquier error que se le ofrezca, el estudiante de Aikido debe eliminar
huecos y desarrollar un control del adversario para evitar ser herido y
al mismo tiempo sin herirle o permitiendo que se hiera a sí mismo en el
proceso.
En el Dojo Central en Tokyo se han fijado las siguientes reglas durante la práctica:
- Durante la práctica obedece a tu profesor y no hagas de ella un momento para pruebas de fuerza innecesarias.
- El Aikido es un arte en el que un hombre aprende a enfrentarse a numerosos oponentes simultáneamente. Ello requiere pulir y perfeccionar la ejecución de cada movimiento, de manera que puedas hacerte cargo no solo del adversario enfrente de tí, sino también de aquellos que se te aproximen en todas direcciones.
- Practica siempre con un sentimiento de agradable júbilo.
- La enseñanza de tu profesor sólo constituye una pequeña fracción de lo que aprenderás. Tu maestría en cada movimiento dependerá completamente de tu propia y seria práctica.
- El objetivo del Aikido es entrenar tanto el cuerpo como la mente para hacer un hombre sincero. Todas las artes del Aikido son de naturaleza secreta y no deben ser reveladas públicamente ni enseñadas a aquellos que las usarán con fines erróneos.